Buscar este blog

9.4.08

LOS ORÍGENES DEL MOVIMIENTO LITÚRGICO EN ESPAÑA

En España, al igual que en el resto de los países europeos en los que se toma conciencia de la necesidad sobre reformar la liturgia, surge el llamado movimiento litúrgico en primer lugar en los monasterios.
Silos y Montserrat, monasterios benedictinos, encabezan este movimiento que se ve respaldado también por publicaciones y revistas litúrgicas y Congresos litúrgicos como el desarrollado en Sevilla en 1908 siendo arzobispo don Enrique Almaraz y Santos y en Montserrat en el año 1915.
Los monjes del monasterio de Silos, restaurado en 1880, propagan el espíritu de Solesmes por España y América. En Montserrat fue muy importante la labor llevada a cabo por don G. Sunyol, discípulo de don Mocquereau, fundador de "Paleografía Musical", y que publicó también el "Libre Usualis". Es en el aspecto musical en donde el cambio litúrgico tiene sus orígenes y su inicio, sirviendo como de mecha o iniciador de reformas más profundas y amplias.
Los efectos de este movimiento en el pueblo se hacen sentir sobre todo en dos aspectos muy llamativos:
* la misa dialogada y comunitaria, participativa
* la traducción del Misal al castellano

Aunque el movimiento renovador comienza en Francia a mediados del S. XIX protagonizada por el abad de Solesmes como ya se dijo, los hitos más importantes se dan ya en el S. XX, años antes del Vaticano II. Estos hitos se pueden resumir en los siguientes:
* restauración de la Vigilia pascual (1951)
* reforma de la Semana Santa (1955)
* simplificación de las rúbricas del Misal y del Breviario (decreto de 23 de marzo de 1953)
* nuevo Código de Rúbricas (26 de julio de 1960)
* Instrucción sobre Música Sacra (3 de septiembre de 1958)

EL MOVIMIENTO LITÚRGICO ESPAÑOL.­
Los primeros balbuceos del Movimiento litúrgico español los encontramos, como ya dijimos, en los monasterios benedictinos de Silos y Montserrat con sus investigaciones sobre liturgia. La restauración de la música sagrada, concretamente del canto gregoriano, fue también otras de las manifestaciones de este movimiento, como aparece en los Congresos de Valladolid (1907), Sevilla (1908), Barcelona (1919), Vitoria (1929) y Madrid (1954).
La celebración del I Congreso Litúrgico de Montserrat en el año 1915 tuvo una gran influencia en Cataluña, contribuyendo de manera decisiva a fortalecer la vida de los sacerdotes. Como fruto de este congreso surgió la obra del canónigo D. Isidro Gomá titulada "El Valor educativo de la Liturgia católica" en dos tomos. Por su parte, el abad de Silos presentó una ponencia en el IX Congreso para el progreso de las Ciencias celebrado el año 1923 titulada “Valor científico y cultural de los estudios sobre Liturgia”.

Al término de la Guerra Civil española el movimiento litúrgico español renace con gran pujanza, brillando de nuevo las abadías de Silos y Montserrat. Los monjes supervivientes del conflicto siguen con renovado ánimo sus trabajos sobre liturgia: el abad A. MLa Marcet escribe una valiosa introducción sobre el Movimiento litúrgico para la obra del ya cardenal Gomá. Entre los monjes de Silos recordamos a Germán Prado, Santiago Alameda, Justo Pérez de Urbel y otros más, discípulos de M. Forotín. Los monjes de Silos editan la revista Liturgia(1946) y los monjes de Samos (Galicia) traducen el “Liber Sacramentorum” del cardenal Shuster en nueve volúmenes nada menos. El padre Andrés Azcárate monje de Silos transterrado a la Argentina publica su libro “La Flor de la Liturgia”.
Pero no sólo los monjes van en esa línea sino que también los curas párrocos se van sumando a este Movimiento, incorporando el clero diocesano su apostolado litúrgico mediante las Misas dialogadas.
Un importante hito en el Movimiento litúrgico español fue el XXV Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Barcelona el año 1952. El periódico sacerdotal “Incunable” fundado y dirigido por Lamberto de Echevarría aglutinó a los renovadores convocándoles a una sesión de Pastoral Litúrgica presidida por el obispo auxiliar de Toledo monseñor Francisco Miranda Vicente, en la cual se acordó pedir a la Asamblea de Metropolitanos Españoles la creación de la Junta Nacional de Apostolado Litúrgico, cosa que sucedió en 1955 e instituida al siguiente año siendo su primer presidente el citado obispo.
En el año 1955 se inician los coloquios o Semanas Nacionales de Pastoral Litúrgica y ese mismo año surge en la Universidad Pontificia de Salamanca el Instituto Pastoral dirigido por D. Casimiro Sánchez Aliseda. Estas instituciones logran dar una mayor organización al Movimiento litúrgico español, como se ve en la asistencia de nuestro país al Congreso de Asís del año 1956. Al año siguiente se inicia la andadura del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona bajo la dirección de D. Pedro Tena. En León se celebra la Primera Semana Nacional de Arte sacro en el año 1958 y ya funcionaban por este tiempo en algunas diócesis las comisiones de Liturgia y se había editado Misales de Fieles y Devocionarios adaptados a las nuevas corrientes para facilitar en la medida de lo posible la participación de los fieles.
En el año 1961 se creó la Comisión Episcopal de Liturgia, Pastoral y Arte Sacro que estuvo presidida por Monseñor García de la Sierra y Méndez. El Secretariado Nacional de Liturgia comenzó a editar el boletín Hodie (1962-65) y se inició la colección "Cuadernos de Pastoral Litúrgica Etheria".
Terminamos, antes de ver brevemente la gran reforma vaticana, diciendo que la existencia de rituales bilingües aseguraba la participación de los fieles así como la construcción de nuevos templos adaptados a las nuevas exigencias (Virgen del Camino, León y Alcobendas en Madrid).

LA REFORMA DEL VATICANO II.­
El Concilio Vaticano II convocado por el papa Juan XXIII se abrió el once de octubre de 1962 y el primer tema estudiado fue la Liturgia, para justo cuatrocientos años después de clausurado Trento, el cuatro de diciembre de 1963 ser promulgada por Pablo VI la constitución sobre la Sagrada Liturgia "Sacrosanctum Concilium" que es el punto de partida y la referencia obligada a la renovación litúrgica posterior y a la cual haremos frecuentes referencias.
La gran reforma decidida se puso en vigor enseguida, en tres fases:
a) paso del latín a las lenguas vernáculas (1964-1967)
b) publicación de los nuevos libros litúrgicos (1968-1975)
c) adaptación de esos libros a las iglesias particulares.
El Concilio Vaticano II (que hizo el XXI de los Ecuménicos) fue convocado por el papa Juan XXIII para reformar la Iglesia y hacer que esta "siguiera más radicalmente a Jesús y que estuviera más cercana a los hombres". Clausuró el Concilio otro papa, Pablo VI, el ocho de diciembre de 1965. Entre los innumerables documentos que elaboró se encuentra la "Sacrosanctum Concilium", documento para la reforma de la Sagrada Liturgia. Allí se establecen los principios fundamentales de la reforma litúrgica:
* la actualización del Misterio Pascual que se realiza sobre todo en las acciones litúrgicas.
* la lectura de la palabra de Dios a la cual se le da más variedad y más importancia de la que venía teniendo.
* la iglesia se manifiesta a sí misma en el sentido de que al celebrar el culto divino la Iglesia expresa lo que es: una, santa, católica y apostólica.
* participación de los fieles que se ve facilitada por la celebración en lengua vernácula y otros mecanismos como la participación en las lecturas y acolitados.
Otros principios inspiradores de esta reforma: preferencia por lo comunitario, adaptación a cada cultura, formación de ministros, concelebración y rezo en común del Oficio Divino, comunión bajo las dos especies en determinadas circunstancias, etc.
Jesús Luengo Mena

No hay comentarios: