11.6.17
LA DOCTRINA
Llamamos doctrina a toda verdad
enseñada por la Iglesia como necesaria de creer. La doctrina se puede
clasificar en las siguientes categorías: como revelación divina; como
conclusión teológica de la verdad revelada
o como parte de la ley natural.
Llamamos pues doctrinas de fe a las verdades que la Iglesia enseña sobre las que
se tiene la certeza de que son infalibles. o sea, sin posibilidad de error. Y no son infalibles por capricho ni
arbitrariedad de la Iglesia: esas verdades están amparadas por las promesas de
Cristo. Así pues, estas verdades
requieren de los católicos el asentimiento
de la fe, o sea, obligan a los católicos bajo pena de romper nuestra
comunión con la fe verdadera.
El
Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo
cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al
pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la
Revelación divina o también cuando propone de manera definitiva verdades que
tienen con ellas un vínculo necesario[1].
Una doctrina es de fe, o sea, infalible
y obligatoria de creer, si se da alguno de estos requisitos: cuando ha sido una definición infalible del Papa; cuando los
obispos enseñan verdades definitivas de la fe y moral en comunión con el Papa,
de manera especial, cuando se reúnen en Concilio o, en tercer lugar, cuando el
magisterio ordinario del Papa expresa un juicio definitivo en materia de fe o
moral que era antes debatida.
Al ejercicio explícito de infalibilidad papal se le conoce
como ex-cathedra cuando el
Sumo Pontífice habla desde su silla –cathedra– de autoridad, como cabeza
visible de todos los cristianos, sus enseñanzas no dependen del consentimiento
de la Iglesia y son irreformables. No es menos cierto que la mayoría de las
proclamaciones infalibles del Papa han sido tomadas en colegialidad, o sea,
consultando a los obispos, aunque no sea preciso. El Papa puede definir un
dogma sin los obispos.
Los dogmas, tal como el Catecismo
indica, son luces que iluminan el camino
de nuestra fe y lo hacen seguro.
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